<

20-5-2019, 20:5 h. - ID. 58
k-ant
Muchas gracias por participar Juana María. Qué duda cabe que para los artistas sigue existiendo la obra artística como fruto de su trabajo plástico, como sucedía en el pasado, de su esfuerzo y dedicación. También es cierto, como indicaba Jhon Benavides en su comentario, que hoy día el artista tiene la posibilidad de actuar liberado de los requisitos que imponía el dominio de la técnica imprescindible en el pasado para que una obra fuera considerada Arte, hoy incluso cualquier objeto puede ser convertido en Arte, no es necesaria ni su manipulación, simplemente la descontextualización creada por la galería, lo que ha expandido las fronteras del Arte tanto como las justificaciones que podamos imaginar los artistas para nuestras obras, incluso sin esas justificaciones puede ser considerada la obra como pieza artística. Ambas miradas respecto al Arte coexisten hoy día. Con el paso de los años me he dado cuenta que el Arte como ocupación artesanal, el que surge desde nuestra subjetividad expresando sentimientos, es sobretodo apreciado por aquellas personas con las que hemos establecido vínculos afectivos, amigos, familiares, porque estas personas cercanas reconocen en las hechuras de nuestras obras gestos, rasgos de nuestra personalidad que son los que enlazan dichas obras con nosotros mismos, desde la mirada de quienes nos conocen, que nos ven reflejados en esas obras. Este tipo de obra emocional es especialmente apreciada cuando existe este tipo de relaciones entre artista y público. Más allá del círculo afectivo del artista la obra realizada con gran dominio de la técnica y maestría aún sigue siendo valorada en determinados ámbitos del Arte, que convive con ese otro Arte más experimental que busca siempre continuar expandiendo las fronteras del propio Arte.
En cualquiera de los dos casos los artistas nos enfrentamos a una dura competencia por figurar en los espacios exhibitivos desde los que mostrar nuestras obras, en unos medios cada vez más saturados de todo tipo de contenidos, ya no basta con hacer lo tradicional, que va perdiendo terreno en esta competencia, con un público también saturado por tanta información, la mayor parte comercial (incluso la artística es comercial) al que sólo se puede alcanzar con lo extraordinario a través de unos medios en lo que sólo hay cabida para lo ordinario.
un saludo